Meta Quest Pro: primeras impresiones del nuevo visor de realidad virtual y mixta

Sí, llevaba un par de semanas sin escribir. ¡Pero había un buen motivo! Estaba probando el nuevo visor de Meta: las famosas Quest Pro. Y después de dos semanas de uso, puedo por fin traeros mis primeras impresiones.

No será una review en condiciones porque con este visor pasará algo parecido que con las Quest 2: Meta irá trayendo actualizaciones de Software que irán mejorando sus capacidades. Y lo mismo sucederá con algunas aplicaciones que hacen uso de sus principales bondades.

Pero espero que sirva para que os hagáis una visión general de lo que tenemos entre manos: un visor de calidad para profesionales y prosumidores (motivados como yo) que, con sus más y con sus menos, sienta sin duda precedente para lo que veremos en un futuro próximo en la gama del consumidor de a pie.

¿Prefieres escuchar a leer? También tienes las impresiones en formato podcast.

Ergonomía

Empezamos directamente con lo primero que vemos de las Quest: su exterior. Sin duda, nadie puede negar que hay un gran cambio respecto a las Quest 2: mayor peso, sí, pero mejor distribuido. Con una pantalla frontal tan estrecha que sorprende gracias a sus nuevas lentes, con aperturas laterales e inferior (solo sujección en la frente) y con la batería en la parte trasera a modo de contrapeso.

¿Supone una mejora respecto a su predecesora? Pues depende a quién preguntes. Desde mi punta de vista, las gafas pasan a tener un aspecto mucho más elegante, me parecen más fáciles de poner y bastante cómodas, así como menos invasivas gracias al aperturismo.

Este último aspecto es interesante ya que, inicialmente, pensaba que los bloqueadores de luz laterales incluidos en la caja – e incluso el bloqueador total no incluido pero a la venta en su tienda oficial – serían necesarios para todas las experiencias. ¿La sorpresa?

Estoy usando más las gafas en modo abierto que cerrado, ya que el no estar aislado termina siendo una ventaja para ubicarse en el espacio o mirar el reloj si me llega una notificación. Lo mismo me ha sucedido con las personas a las que se las he dejado, muchas de ellas novatas: han tenido menos miedo a ponerse este nuevo diseño al sentir que no abandonan del todo la realidad.

Esto es todo lo que incluyen las Meta Quest Pro en su caja, con bloqueadores de luz laterales, funda frontal protectora, base de carga inalámbrica y unas puntas para los mandos para poder dibujar en la mesa con Horizon Workrooms

Sin embargo, todo tiene una contrapartida. En este caso, sin excepción, persona que las ha probado, persona que se ha llevado una marca roja en la frente, incluido yo mismo. ¿Es por el peso? ¿Es por el material? Tengo mis dudas, aunque he percibido que según pasa el tiempo (¿y el material se desgasta?) el rojo se reduce.

Además, hay usuarios que afirman que llevando una banda en la frente la molesta marca ya no aparece más. ¿Se trata de un nuevo fallo de meta en materiales como ya sucedió con las Quest 2? ¿O es el efecto inevitable de un frontal que, aunque reducido, todavía pesa ligeramente más de la cuenta?

Aun con todo, yo he podido trabajar sin problemas una mañana entera quitándomelas de vez en cuando para hablar con alguien o moverme de sitio. Aunque todavía se nota el exceso de peso en la frente y ayuda descansar unos segundos cada hora antes de volver a ponértelas y lo que todavía se me resisten son las sesiones de deporte, ya que pasados 20-30 minutos, si no me las he apretado mucho el frontal se me resbala debido al sudor. Espero que los fabricantes de accesorios saquen alguna solución mejor para estos casos.

Apartado visual

Hemos nombrado ya las lentes: una de las mayores delicias del visor de Meta. En cuanto lo enciendes y aterrizas en la nueva Home, exclusiva de las Quest Pro, te das cuenta del cambio que suponen frente a las Quest 2: ya no existe el «sweet spot» o el famoso punto dulce donde la imagen se ve perfecta. Toda la lente es un punto dulce: mires donde mires, la imagen es nítida, el contraste es mayor y percibes mejor nivel de detalle.

En mi caso, lo agradezco sobre todo para cuando veo contenido audiovisual con subtítulos. Con las Quest 2, los subtítulos no se terminaban de leer bien al situarse en la parte inferior de la lente y fuera del punto dulce. ¿En este caso? Pues eso, una maravilla.

La contrapartida aquí se trata del brillo, que no es tan uniforme entre el centro y los laterales, aunque Meta tiene ya una función experimental para suavizar este efecto.

El FOV (field of view / campo de visión) mejora a nivel horizontal, aunque si bien se nota, uno no sabe si es que ha aumentado tanto como parece o bien que la calidad en toda la lente hace que mejore la sensación global. Todo ello aun sin mejorar la resolución de la pantalla, por detrás de otros competidores como las Pico 4. Una muestra clara de que la resolución no lo es todo.

Meta asegura además que han conseguido mejorar un 37% la densidad de píxeles por pulgada y que las Quest Pro presentan una gama de colores 1,3 veces más amplia, con tonos más vibrantes, que el modelo anterior. Así que la percepción se confirma desde el apartado técnico.

Eye/Face tracking

Y vamos con una de las grandes apuestas del visor: el seguimiento facial / ocular. En este caso, sirve para dos cosas: la expresividad de nuestros avatares y el renderizado foveado en los juegos, o lo que es lo mismo, que la zona de la imagen a la que diriges la mirada se renderice con mayor calidad que la periferia.

En el primer de los casos, el resultado ha sido positivo, aunque se trata de una funcionalidad que disfrutan más los demás, al ver expresividad en tu cara virtual, que tú mismo. Pero me ha gustado mucho quedar con un amigo que también tiene las Pro y notar como su avatar estaba más «vivo» que antes.

En el segundo de los casos, de momento solo hay un juego que se haya animado a implementar esta funcionalidad: Red Matter 2. Si este videojuego de origen español ya era una pasada, poder disfrutar todavía de mayor calidad en aquella parte de la imagen a la que miras es increíble. Y el tiempo que pasa desde que miras hasta que se cambia el foco de la imagen es totalmente imperceptible.

Sin embargo, en este apartado, Meta tiene que mejorar el anti-aliasing en la zona no focalizada, ya que por ahora se notan más dientes de sierra en esta parte de la imagen en lugar de estar difuminada correctamente.

Realidad mixta a color

La segunda de las funcionalidades estrella de las Quest Pro se trata del nuevo passthrough a color, que pretende cambiar su nombre oficialmente por Realidad Mixta.

Aquí nos movemos entre el hype y la decepción: su calidad mejora con respecto a las Quest 2 y, personalmente, no me molesta el procedimiento con el que está construido, que se trata de captura con dos cámaras en blanco y negro y superposición de color a través de una tercera. Ni siquiera me molesta que determinados objetos, sobre todo cuando los acercamos al visor, sufran alguna deformidad por falta de información de la imagen.

Pero lo que sí que es molesto es ver como un dispositivo de 1800€ se queda con una calidad de imagen justita, granulada y, lo peor de todo, con problemas en zonas con brillo, siendo incapaz de leer la pantalla del móvil o del ordenador.

Parece una tontería, pero es en estas dos ocasiones cuando más he notado que no está todavía a la altura de lo que la exijo, ya que en el resto de experiencias la granularidad de la foto pasa a un segundo plano por lo increíble del momento: poner un caballete de pintura en medio de mi salón o un juego de rol en la mesa de la cocina son unos de esos momentos que se quedarán en mi memoria como momentos WOW.

Cabe decir que, quienes pudieron probar las Quest Pro antes de que salieran al mercado, afirman que la calidad de su Realidad Mixta era mayor, lo cual puede significar que la hayan limitado temporalmente vía sofware para favorecer su fluidez y que, poco a poco, vayan mejorándola con las próximas actualizaciones de su sistema operativo.

Como veis, hay al menos un pero por cada sección, y es por eso por lo que mucha gente dice que estas Quest Pro parecen más bien un kit para desarrolladores que, aunque tenga camino por delante a través de mejoras a nivel software, es en parte una antesala para que estas funciones lleguen en mejor estado al próximo visor dirigido al consumidor final: las Quest 3. Pero si puedes permitírtelas, la mejora es más que evidente.

Multitarea

Otra de las cosas que tiene mucho futuro pero que también está algo verde todavía es la multitarea. Ahora mismo podemos escuchar Spotify de fondo con el navegador de las Quest Pro mientras matamos zombies en The Walking Dead gracias a la función experimental de audio en segundo plano; y esta funcionalidad me parece que irá acercando las gafas a un sustituto del ordenador de sobremesa según vaya evolucionando.

Además, Meta ha prometido que dentro de poco podremos tener la multitarea activa con todas las aplicaciones 2D (y no solo audio, también con interacción visual) mientras estamos dentro de experiencias inmersivas. ¡Todo un acierto!

Controladores

Aunque lo he dejado para el final, los mandos de las Quest Pro son de otro planeta. Los nuevos controladores del visor de Meta han perdido su tracking con anillos y se han pasado a las cámaras. 3 por mando para ser exactos.

Esto hace que se pierda la limitación de tener que ser visibles para las cámaras del visor en todo momento, pudiendo trackear tu movimiento incluso detrás de tu espalda y con un performance claramente superior vs los mandos de las Quest 2.

¡Por cierto! Pronto podremos usar los mandos de las Pro con las Quest 2, vendiéndose por separado por 350€.

De hecho, también han mejorado la vibración, con un nuevo sistema que puede permitir variar la zona de vibración en función de si tocas un objeto con la punta del mando o con la parte trasera, por ejemplo.

También se ha filtrado (Meta no lo comentó en su presentación) que la parte de reposo del dedo pulgar de cada mando es sensible a la presión. ¿Podremos exprimir un limón en VR? Incluso hay ya pruebas que han conseguido que esta zona funcione como touchpad.

El pero de este apartado es el tiempo de sincronización mandos-visor. En muchas ocasiones es inmediato pero, en otras, los mandos tardan unos segundos en ubicarse en el espacio. No pasa nada si no vas con prisa pero, para los jugadores más experimentados, puede ser un poco frustrante.

Es interesante mencionar que los mandos y el visor crean una red WIFI privada para conectarse entre sí, por lo que se recomienda tener el WIFI activo (aunque no tengas Internet) para que la experiencia sea más fluida.

Batería

Y todo esto… ¿qué efecto tiene en la duración de la batería?

Pese a los rumores iniciales y las especificaciones dadas por Meta de 1-2 horas de duración, las Quest Pro terminan durando ligeramente más que las Quest 2 si no estás usando todo el tiempo sus novedades más demandantes a nivel sistema. Es decir, nos situamos más bien en un rango de 2-3 horas.

En el caso de los mandos, que abandonan las pilas por baterías incorporadas, hablamos de más de 8 horas. Además, en este visor me he encontrado a mí mismo usando mucho más que con el anterior el control con las manos, lo cual alarga la batería de los controladores.

Lo cierto es que nunca nos tendremos que preocupar de que los mandos estén descargados si utilizamos la base oficial de la compañía. Una base de carga inalámbrica que también tiene fans y detractores a partes iguales, ya que en alguna ocasión, sobre todo las primeras veces, cuesta encontrar la postura perfecta para que mandos y visor empiecen a cargarse. Desde mi punto de vista es cuestión de práctica, ya que además los mandos tienen unos imanes para acoplarse entre sí y encajar perfectamente en la base.

Dicho esto, no podremos usar la base oficial con la tapa protectora del frontal que se incluye en la caja ni con el bloqueador total de luz que venden aparte. Pero lo bueno es que este último se conecta y desconecta con imanes, siendo más fácil su manipulación que en modelos anteriores.

Conclusión final

Las Meta Quest Pro son, en muchos aspectos, el precio de adelantarse al futuro. Y no lo digo solo por los 1800€ que cuestan (un poco desorbitado para lo que son, que bien podría haber rondado los 900-1200€), si no porque muchas de sus funciones principales todavía no están del todo pulidas o aprovechadas.

Muchas de ellas veremos cómo mejoran vía software, como el uso para teletrabajo (con un Horizon Workrooms un poco verde y con multipantalla disponible por el momento solo en Mac), la multitarea, el renderizado foveado, el tiempo de identificación de los mandos o incluso, esperemos, parte de la calidad de la realidad mixta. Mientras que otras, como el apartado ergonómico o la calidad final de esas cámaras para el passthrough, que tendrá un tope de mejora vía sofware, todavía necesitarán una o dos generaciones más para acercarse a la perfección.

Pero el veredicto final, dejando a un lado el precio del dispositivo, está siendo muy positivo. El tiempo de uso del visor frente a las Quest 2, en mi caso, está siendo claramente superior con las Pro debido a su facilidad de colocación y a la apertura lateral e inferior de la visión, lo cual reduce la sensación de aislamiento. Es también impresionante la ausencia de ruido y de calor. Y los primeros pasos de la multitarea unidos a una incipiente realidad mixta a color abren las primeras posibilidades claras de la sustitución del ordenador.

Tengo muchísimas ganas de ver cómo actualizan este visor durante los próximos 12 meses, pero también tengo mis ganas y esperanzas puestas en las Quest 3 para 2023: la democratización en la gama de consumidor de a pie de muchas de las mejoras que llevan las Pro, como por ejemplo las lentes Pancake.

¡Estaremos atentos y os traeremos todas las novedades!

*Nota adicional* Si experimentas algún problema con tus partidas guardadas al pasar de unas Quest 2 a unas Quest Pro, prueba a restaurar a fábrica el visor. En mi caso, solucionó la mayor parte de los problemas, salvo con 2 o 3 juegos. Sin embargo, Meta tiene detectado un error con el cloud backup (guardado en la nube) que solucionará en las próximas versiones del sistema operativo.

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