Bonelab: luces y sombras de un juego que ha hecho historia pero no para todos los públicos

La semana pasada se estrenaba Bonelab, el nuevo videojuego del estudio Stress Level Zero que ha conseguido hacer historia incluso en sus primeras 24h. Una avalancha de descargas y reseñas que ha dejado claro que, pese a las polémicas, ha acaparado la atención de todo tipo de medios y de jugadores. Pero que también pasará a la historia por la cantidad de análisis contradictorios con los que nos hemos encontrado: ¿cuál es el balance? ¿a qué público ha enamorado y ahuyentado? ¡A leer!

¿En qué consiste Bonelab?

Así se define Bonelab en la Quest Store, un juego experimental en el que las dos claves serán las físicas y la acción; y en el que nuestra misión principal será explorar un laboratorio lleno de armas, enemigos, retos y secretos:

Condenado a muerte, encargas a un marginado que escapa del destino y descubres un camino hacia una instalación de investigación subterránea. Allí te esperan una serie de desafiantes experimentos y descubrimientos. Un camino hacia la verdad te llama desde el vacío.

Entre disparos y resolución de puzzles avanzaremos en una historia principal que se entrelaza con un Hub de minijuegos y experiencias para poder disfrutar de forma infinita del motor de físicas del estudio Stress Level Zero. Un motor que se mueve continuamente entre el realismo y… la frustración.

Echa un vistazo al trailer:

Una historia… interrumpida

Es curioso como una de las ventajas de Bonelab se convierte en su mayor enemigo: el Hub de experiencias. Un Hub que se introduce a menos de una hora de haber empezado el juego y que hace que te pares a pensar: ¿Aquí acaba la historia? ¿Es Bonelab un sandbox / entorno de pruebas de su motor de físicas?

Pero no, SPOILER: según vayamos probando cada experiencia del HUB, se habilitarán elementos que nos permitirán avanzar en la historia principal. Un detalle que no se explica demasiado bien y que puede ser el causante de que algunas personas hayan devuelto el juego al tener menos de 2 horas de uso, como indica la política de devolución de las Quest.

No es el único error del que acusan algunas críticas a Bonelab: el juego tampoco te explica, por ejemplo, cómo abrir las bolas que te vas encontrando con elementos desbloqueables (solución: agarrarla con ambas manos y tirar hacia afuera, como con una bola de juguetes del mundo real).

Y es que Bonelab camina en una cuerda peligrosa entre el misterio de no explicarte cuál es el siguiente paso para que lo descubras por ti mismo; y la frustración de no entender lo que tienes que hacer al tener un tutorial en condiciones. De hecho, en gran parte, es el propio Hub el que sirve como tutorial para familiarizarte con las dinámicas de juego si no habías probado antes (como es mi caso) Boneworks, la precuela de esta entrega.

Personalmente, agradezco que exista un juego que me haga pensar de verdad, teniendo que encontrar caminos alternativos o probar 10 o 40 veces distintas opciones para pasarme el nivel. Quizá por esto haya encontrado el gusto a Bonelab y haya echado horas y horas este fin de semana matando a enemigos a diestro y siniestro.

VR Legs y un motor de físicas único pero imperfecto

Y vamos con una de las claves del éxito (y de otras de las críticas) de Bonelab: sus controles y su motor de física.

Estamos ante un juego que exige lo que se llaman VR Legs (piernas virtuales). Tendrás que estar preparado para una experiencia intensa en la que no existen opciones de comfort: tienes movimiento libre (nada de teleport), tu avatar salta como tú en la vida real (agachándose antes de impulsarse) y si te tiras por un precipicio… caes en picado hasta el suelo.

Pero es que además, a esto se une un motor de físicas único que te permite interactuar con todo el entorno como en ningún otro juego. ¿Quieres matar a un enemigo, abrirle la boca y clavarle la espada a través del paladar? Pues lo haces y ves como sale la espada por detrás de su cabeza.

Bonelab narrado por un argentino = ARTE

Sin embargo, este mismo motor realista también se convierte en tu peor pesadilla en acciones tan sencillas como subir unas escaleras: tus piernas se traban entre escalón y escalón y tienes que soltar bien la mano antes de agarrar el siguiente espacio. De lo contrario, se quedará también encajada en alguna parte.

Cuando coges ya más práctica, acabas entendiendo más o menos su comportamiento y los errores se reducen bastante pero, en el camino… genera más frustración.

¿Compensan estos errores de físicas la libertad que te da estar en un entorno en el que interactuar con casi todo y experimentar a tu gusto? ¿Compensa el realismo los posibles mareos ocasionales que puedas tener si no estás bien entrenado en Realidad Virtual? Dependiendo de las respuestas a estas preguntas, Bonelab será tu juego favorito o lo querrás mantener lo más lejos posible.

A esto le sumamos algunos bugs puntuales, pero esto sí que es algo típico de las primeras semanas de vida de cualquier juego de hoy en día.

En mi caso, compensa sin duda: no he tenido ningún mareo, he sentido libertad, me he desahogado con más de un enemigo y he elegido mi propio ritmo en la historia volviendo de vez en cuando al Hub de experiencias.

Violencia, libertad y dificultad controlada = viralización

Con todo lo que hemos visto ya os podéis imaginar los secretos de Bonelab para haberse hecho viral en sus primeros días:

  • Violencia: a tu gusto, con todo tipo de armas, sangrienta… muy vistosa como imagen de portada de videos de YouTube.
  • Libertad: tanto en el apartado de las físicas e interacciones como para no sentirte tan guiado y que cada partida sea distinta. Mayor todavía con el Hub de experiencias y con el apartado para Mods hechos por usuarios que se pueden compartir fácilmente e incluso usar en la versión standalone.
  • Dificultad controlada: que engancha lo suficiente para que intentes varias veces pasar el nivel o conseguir mayor puntuación en el Hub… horas de diversión que alargan la historia y que te hacen ver gameplays de otros jugadores para ver cómo superar algunos retos o encontrar objetos y lugares secretos; o bien colgar tú la solución cuando lo consigues.

El cocktail perfecto para que Bonelab se haya hecho viral en posts, reseñas contradictorias y horas de videos en YouTube, Instagram o TikTok.

Creo que es una propuesta que capta bien lo que la nueva oleada de jugadores (y también algunos de los más antiguos) buscan en la compra de un videojuego. No me extrañaría, de hecho, que consiguiera aumentar las ventas de las Quest para un sector específico de la población con el que la VR todavía no ha encajado: la generación Z.

Puedes comprar Bonelab aquí con un 25% de descuento en la Quest Store

Mención especial: su banda sonora

¿Me dejáis deciros una cosa más?

Escuchad en Spotify la OBRA MAESTRA de banda sonora de Bonelab. ¡Es impresionante y su compositor ya está hablando de una posible colaboración con Beat Saber!

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