Metaverso sostenible: ¿cómo afectará al medioambiente? ¿Amenaza u oportunidad?

Hace unas semanas, abría la reflexión sobre el «Metaverso sostenible», una revisión sobre el término de moda desde una perspectiva ética y consciente en la que estoy intentando desgranar el efecto de la siguiente evolución de Internet en torno a tres ejes de la sostenibilidad: el individual/social, el económico/político y el ambiental.

En el post de hoy, hablaré de este último: ¿es el Metaverso una amenaza o se perfila incluso como una oportunidad para la sostenibilidad ambiental?

«La nube» no existe

Esta semana he tenido la oportunidad de dar una charla sobre el «Metaverso Consciente», tratando precisamente de hacer reflexionar a psicólogos y a coaches sobre lo que el siguiente Internet puede suponer para ellos, como profesionales y como personas, y para nuestra sociedad.

En el café posterior a la charla, uno de los asistentes se me acercaba para contarme su relación con la nube: «Hasta hace unos meses, no me había planteado cómo funcionaba o las implicaciones que tenía. Hasta que un día me surgió la duda y me puse a investigar por Internet. Ahora veo lo que puede suponer a escala global seguir apostando por ello sin invertir en consumos de energía alternativos»

Más allá de la anécdota, es una representación de nuestra sociedad: una parte de la población desconoce el término; mientras que otra, pese a que lo conoce, ignora consciente o inconscientemente sus consecuencias.

Una definición básica de la nube podría ser: «el uso de una red de servidores remotos conectados a internet para almacenar, administrar y procesar datos, servidores, bases de datos, redes y software». Estos servidores ocupan espacio, consumen energía e irradian calor, entre otras cosas, aunque todo esto no suceda en tu dispositivo.

Seguro que dices: «evidentemente». Pero el uso tan común del término «nube» lo separa de la realidad de su construcción, así como de las consecuencias para nuestro entorno.

Internet, y con él la nube, contaminan (como cualquier otra cosa que hacemos). Y cuanto mayor es su uso o más inconsciente, son más las implicaciones para el medioambiente.

Cada día, enviamos emails o WhatsApps, guardamos archivos en esta nube que no deja de engordar, vemos horas y horas de vídeos, escuchamos podcasts o jugamos al Wordle. Esto a escala individual, pero piensa en lo que supone a escala mundial y con empresas de todo tipo implicadas, desde consultoras hasta bancos u hospitales.

De hecho, se estima que Internet es el responsable de consumir más del 1% de la energía mundial y que la huella de carbono de nuestros dispositivos conectados representa más del 3,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (similar a la industria de las aerolíneas).

Enviar un email o tener una videoconferencia, incluso cuando se analiza a escala individual pero anual, tiene un impacto que se mide en cientos de kilos de CO2 por persona emitidos a la atmósfera.

Credit: Getty Images/Javier Hirschfeld

¿Cómo afectará entonces a estas cifras la explosión que vivirá el Metaverso durante la próxima década?

El Metaverso, esta especie de suma de mundos virtuales o simulaciones sociales en tres dimensiones habitada por avatares, no deja de ser una evolución de lo que ya hacemos: podremos conectarnos mediante todo tipo de dispositivos a este nuevo «universo» en el que ser, crear o interactuar con el resto. Ya sea con Realidad Virtual, Aumentada/Mixta o desde dispositivos menos inmersivos, como el ordenador o el teléfono móvil. Sin embargo, la promesa de mayor realismo, mayores conexiones, mayor utilidad… no es gratuita. La moneda de cambio es un mayor volumen de datos que deben ser almacenados, procesados y transferidos, consumiendo más electricidad.

No digo nada nuevo, solo hay que ver las críticas que ha tenido Bitcoin por su consumo energético, aunque existen ya alternativas más sostenibles a esta moneda, no se suele poner tampoco encima de la mesa el consumo de la banca a nivel mundial y la minería de criptomonedas también hace uso de energías renovables.

Las energías renovables

Precisamente este último punto podría ser una de las respuestas a ese «Metaverso sostenible» del que venimos hablando. El incremento de uso de energías renovables haría que, pese a que el consumo energético se incrementase considerablemente, la huella medioambiental no lo hiciese al mismo ritmo.

En este sentido, Microsoft se ha comprometido a utilizar energía 100% renovable en Azure (su plataforma en la nube) para 2025, mientras que Meta ha alcanzado ya las «cero emisiones» en sus operaciones globales y espera alcanzarlas en toda su cadena de valor para 2023:

«A lo largo de nuestra cadena de valor, abordaremos las reducciones de Gases de Efecto Invernadero mediante la incorporación de principios de diseño sostenible y economía circular en el ciclo de vida de nuestros productos de hardware de consumo, hardware de servidores, oficinas corporativas y centros de datos. Esto incluye la evaluación de materiales con menores impactos de carbono, la construcción de principios de reparabilidad y reciclabilidad en los procesos de diseño y la extensión de la vida útil de nuestro hardware

META SUSTAINABILITY

¿Es posible hablar de «oportunidad»?

Pero, si vamos un paso más allá, hay quien habla de la reducción de la huella de carbono gracias al Metaverso debido a su capacidad para conectar a personas en un entorno digital, en el apartado de la realidad virtual.

¿Cuánto consumo de plástico o contaminación en CO2 produce un concierto en directo? Pensemos en el transporte del escenario, de los cantantes, los bailarines, el equipo técnico… y sumemos además el transporte de las miles de personas que asisten en persona. Ahora traslademos una parte de esos conciertos a un entorno virtual, al que podemos acudir desde el salón de nuestra casa.

Esto mismo ha sucedido ya con conciertos como el de Ariana Grande en Fortnite o el de Foo Fighters después de la Super Bowl en Horizon Venues.

Imágenes de la grabación del concierto de Foo Fighters para Horizon Venues

O imaginemos que, gracias al Metaverso, se amplían las posibilidades de teletrabajar en lugar de tener que desplazarnos a nuestras oficinas.

En definitiva, que también algunos ven la oportunidad donde otros ven la amenaza.

Como siempre, dependerá de cómo reaccionemos como personas y como humanidad, de cómo usemos la tecnología, de qué reglas pongamos a las empresas que participen en la construcción del Metaverso y de cómo midamos sus efectos sobre el planeta para tratar de compensarlos.

Información, Acción, Compensación, Leyes. Supongo que son algunas de las nuevas palabras clave que me llevo para la definición de este Metaverso Sostenible.

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