Metaverso y educación: posibilidades en el futuro de la Realidad Extendida

Una semana más, un análisis nuevo relacionado con el Metaverso. En esta ocasión, le toca el turno a la educación. ¿Cómo aprenderemos en el futuro? ¿Qué posibilidades abrirá la masificación del uso de experiencias de Realidad Extendida (AR/VR)? ¿Cómo se tienen que preparar centros educativos y profesores para lo que está por venir?

Como vengo diciendo en los anteriores artículos sobre el Metaverso, creo firmemente que el Metaverso será multidispositivo: accesible desde dispositivos de Realidad Virtual, Aumentada, ordenadores, teléfonos móviles…

Sin embargo, con estos dos últimos elementos ya hemos sufrido en los últimos años la transformación de las experiencias educativas, gracias por ejemplo a las clases online, a los vídeos y podcasts o las aplicaciones móviles que fomentan el auto aprendizaje a través de «píldoras» o sesiones cortas.

Por ello, en el post de hoy, nos centraremos en las ventajas que pueden poner encima de la mesa los dispositivos de VR y de AR. Sabiendo, eso sí, que previsiblemente será la Realidad Aumentada la que conseguirá mayor grado de masificación en un futuro inmediato (cuando mejore, eso sí, sus prestaciones a nivel de hardware).

Educación y Realidad Virtual

Lo hemos visto ya en el último post sobre Metavero y Salud: la formación en Realidad Virtual va a ser un match perfecto con la simulación de entornos e intervenciones.

En este sentido, el futuro de la educación promete experiencias virtuales en las que el alumnado, más que nunca, ponga en practica el learning by doing (aprender haciendo). Además, sin los efectos colaterales que puede tener en el mundo real una prueba mal realizada (imaginemos, por ejemplo, una práctica de Química en un laboratorio por alumnos novatos… mejor en virtual ¿no?).

Además, el cerebro humano piensa en imágenes: ¿no sería más fácil aprender sobre la antigua Roma trasladándote a ella y viéndolo todo en escala real? La inmersión facilita la retención de conocimientos y aumenta el interés de los alumnos.

Imagen de un museo en Realidad Virtual

Pero todo esto adquiere un nuevo nivel cuando se junta con otro concepto clave: Inteligencia Artificial. Gracias a ella, podremos poner en práctica, por ejemplo, formación conversacional generada en tiempo real para que cada práctica o examen sea distinto al anterior.

Así lo están poniendo en práctica en el Bank of America, formando a sus empleados con Realidad Virtual desde la empatía para las distintas situaciones que pueden encontrarse con sus clientes en las oficinas físicas.

De hecho, otra cosa que generan los entornos virtuales aplicados a la educación es ATENCIÓN. Sí, la palabra mágica cuando se trata de enseñar… ¿cuántas veces te has despistado en una clase mirando el móvil o pensando en tus cosas? ¿cuántas veces, en tu trabajo, te has saltado los vídeos de formación y te han chivado las respuestas al test?

Con la llegada de la Realidad Virtual, será más fácil focalizarnos en la formación. Aunque también será recomendable aumentar el trabajo previo a la sesión virtual y reducir la duración de esta a 45 minutos o 1 hora. Este es el caso de Stanford, que ha puesto en marcha su primera asignatura en VR y lo ha hecho con esta dinámica de pre-work + clase de tiempo reducido.

Finalmente, la Realidad Virtual romperá barreras formativas cuando mejore su facilidad de uso: viajemos al futuro y pensemos por un momento en alumnos conectados a una misma clase desde distintas partes del mundo, con traducciones en tiempo real a su idioma, con una interacción con nuestro propio cuerpo (sin tener por qué saber utilizar un móvil o un ordenador). Sumado a todos los elementos que acabamos de comentar… podríamos estar hablando de la verdadera revolución de la formación online.

Educación y Realidad Aumentada

Pero, una vez más, la Realidad Aumentada llega para situarse en un punto intermedio entre la inmersión y la apertura. Las experiencias con AR lo que hacen es mejorar el entorno superponiendo elementos digitales que, en el caso de la educación, favorecen el aprendizaje sin abandonar la clase o la sala en la que nos situemos como alumnos.

De esta forma, una profesora o profesor podría estar hablando sobre la espina dorsal y, en directo, mostrar a sus alumnos una en tamaño real mientras continúa con su explicación. Los alumnos, gracias a sus futuras gafas de Realidad Aumentada (que serán tan discretas como unas Ray-Ban) estarán viéndola como si estuviera realmente en la clase. Pero continuarían viendo a sus compañeros o a su teléfono móvil si están jugando al Candy Crush.

Otro concepto que me encanta cuando pienso en el futuro de la educación con Realidad Aumentada es el aprendizaje on-the-go o «sobre la marcha». En este caso, si contamos con un visor de AR mientras paseamos por la calle o hacemos turismo, los elementos que nos encontramos podrían darnos información complementaria sobre su pasado, su construcción o incluso generar una especie de documental ante nuestros ojos.

Así lo ha aplicado el Ministro de Cultura griego de la mano de Microsoft con la recreación de las ruinas de Olimpia.

Tres claves: gamificación, personalización y evaluación

Después de todo lo que hemos visto, hay tres conceptos que me parece que van a ser muy relevantes cuando llegue de verdad el Metaverso y se cruce con las experiencias educativas, más allá de la inmersión.

Se trata de tres elementos que ya han tenido su protagonismo con la formación online pero que, con la Realidad Virtual y Aumentada, tendrán aún mayor presencia:

  • Gamificación: aprender «jugando», introduciendo elementos de los videojuegos como las pantallas, las puntuaciones, los premios… Esto es algo que podrá ser claramente mayor con la llegada de la VR/AR. Pensemos que, en el mundo virtual, todo será posible: ¿y si, no solo nos trasladamos a Roma, si no que aprendemos gracias a un Escape Room?
  • Personalización: cada experiencia podrá ser única, la Inteligencia Artificial podrá personalizar cada «lección» y, al mismo tiempo, los usuarios podrán interactuar con estas nuevas realidades, provocando a su vez distintas resoluciones ante una misma tarea.
  • Evaluación y seguimiento: además, algo que ya sucede con la formación online es la mayor facilidad para el seguimiento de la evolución de un alumno. Algo que podría ir más allá con el Metaverso y personalizar el itinerario formativo completo del alumno en cuestión. Aunque esto tiene otra cara de la moneda: ¿cómo evolucionará el trabajo en equipo si individualizamos las experiencias formativas? Imagino que, como sucede hoy en día, nos encontraremos ante una mezcla de ambas cosas.

Meta: ayudas para el futuro de la educación

Parece que se presenta un futuro interesante y lleno de posibilidades, ¿no? Pues no lo pensamos solo nosotros: Meta (anteriormente Facebook) apuesta también por este futuro con la iniciativa «Meta Immersive Learning», en la que ha apostado 150 millones de dólares para mejorar en cuatro elementos:

  • Creadores y capacitación
  • Contenido inmersivo
  • Accesibilidad
  • Research

Si te interesa esta iniciativa, hace poco contamos los detalles de «Meta Immersive Learning» en este otro post.


Y hasta aquí nuestro análisis del futuro de la educación. Recuerda que, si te ha gustado este post, puedes suscribirte a mi newsletter semanal.

Además, te dejo un enlace a los posts anteriores y a la descarga de mi eBook sobre el Metaverso:

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